Aunque quisiera no podría ser el mismo de antes.

Releyendo el pasado me doy cuenta, felizmente, de que pese a no ser evidente en el momento, sí se va construyendo la vida como la quieres a partir de tus deseos y sueños más intensos. La mujer que todas las tardes se sienta a un lado mío a desarrollar su individualidad me lo recuerda: el amor buscado durante toda una eternidad: la excitante y estimulante complicidad.

No sé exactamente en qué momento se convirtió completamente en parte de mi vida, pero la alegría e intensidad guardadas en los archivos mentales me hacen sentir la dicha de caminar en el rumbo correcto: tantas cosas por vivir, tantos viajes, tantas visitas...

Pese a tener más clara la advertencia cariñosa de un buen amigo sobre vivir en pareja --"una pareja es el espejo de uno mismo", dijo sabiamente--, los desacuerdos y las discusiones no han hecho más que ayudar a comprender la dicha de saber que se cuenta incondicionalmente con alguien hasta en los momentos más difíciles y oscuros.

Creo que al final de eso se trata todo: de ir acompañado hacia donde siempre has anhelado.